Cuando el cielo ha decidido derramar amor sin limitaciones, llueven pétalos de rosas de pitiminí, sobre las almas que se sienten deseadas...
Somos muchos, los que de vez en cuando, añoramos un tierno y efusivo abrazo, y a ese pájaro del amor, que al despertar emite su trino en señal de un canto a la vida...
¡La inocencia del alma no se pierde nunca!!.
Quien conoce el arte de vivir, seguro que ignora el aburrimiento, del mismo modo que una buena amistad, duplica las alegrías dividiendo las angustias por la mitad.
Estoy convencido, que entre un hombre y una mujer, la amistad, es una pasarela que en contables ocasiones tan solo conduce al amor.